Aprovecho que estoy a la escucha su segundo disco en un vinilo que me han regalado recientemente para recordar a los mejores Lynyrd Skynyrd. Nuestros trágicamente desaparecidos héroes de hoy no crearon el epíteto sureño que se aplica a esta trama rockera, pero sin duda alguna son sus grandes adalides y seguramente no existe un disco que mejor represente ese sonido que su disco de debut.
Un álbum acojonante en el que la mezcla de blues, garaje guitarrero y sonido americano destila fuerza y alma en todos y cada uno de los cortes. Es increíble como son capaces de sonar tan poderosos, rotundas y cortantes como en I Ain't The One o Gimme Three Steps o la parte final de Freebird y deliciosamente melódicos, dulces y románticos como en Tuesday's Gone, Simple Man o la propia Freebird. La presencia de las tres guitarras dieron a la banda la posibilidad de explayarse melódicamente y crear capas y capas de riffs, arpegios y quintas a saco, dando un poder y una calidez a las texturas de las canciones que hacen del sonido de los americanos algo único y que nadie ha sido capaz de repetir. Bueno, y no podemos dejar de alabar la poderosa voz de Van Zandt y su capacidad para escribir tanto letras cachondas de machote sureño, como temas románticos a más no poder o himnos a la libertad tan sinceras que ponen la piel de gallina.
Este disco contiene en su cierre el tema Freebird, una pieza que por sí sola merece toda una carrera musical y es uno de los cantos a la libertad y a la vida más rotundos y emocionantes que se hayan registrado nunca sonoramente, con uno de las secciones finales y solos de guitarra más frenéticos y alucinantes del rock clásico.
Lo bueno de estos tios es que eran tan auténticos y descarados que casi se puede respirar el olor de las válvulas ardiendo, la calidez de la música entrando en la sangre directamente por vena. Si a alguien le gusta el sonido de una guitarra y no mueve los pies escuchando a los Skynyrd es que está definitivamente muerto.
Gary Rossington, uno de los pocos supervivientes del trágico accidente que quitó a la banda del mapa, resucitó hace unos años a la banda, la cual sigue girando sin parar contando con el hermano de Ronnie Van Zant en las voces. Hace poco también fallecieron tristemente Bill Powell y Ean Evans, lo cual me hace acordarme que esta semana también ha fallecido Dickie Peterson, bajista y cantante de los míticos Blue Cheer (porca miseria me perdí ver su alargada sombra en el Azkena 2008). Que descansen todos en paz!
http://fonotecaimprescindible.blogspot.com/2009/06/pronounced-leh-nerd-skin-nerd-lynyrd.html
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Lynyrd Skynyrd - 1973 - Pronounced Leh-nerd Skin-nerd
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Etiquetas: 1970s, Blues, Hard Rock, Lynyrd Skynyrd, Southern Rock
Black Sabbath - 1973 - Sabbath Bloody Sabbath
La historia de Black Sabbath es archiconocida por los amantes del rock duro y clásico setentero, siendo sus primeros seis álbums grabados con Ozzy Ousborne en los gorgoritos considerados obras magnas y precursoras de los géneros pesados en general que aparecerían en años sucesivos hasta nuestros días. De todas las obras del cuarteto ingles, este su quinto disco, Sabbath Bloody Sabbath, es el que más suelo escuchar, el que más me encadila y me fascina.
Todo empieza con una de las mejores canciones del combo, dando título al álbum, con esa sucesión de riffs mastodónticos y partes más suaves, donde la historia desencadenada por Ousborne es apropiadísima para la música apocalíptica que lo acompaña. A National Acrobat es uno de los temas más psicodélicos y progresivos de toda su carrera basada de nuevo en riffs doblados, esta vez disonantes, con unos ramalazos progresivos e increíbles en la parte media y final de la canción que realmente me vuelan la cabeza. Fluff es la típica canción compuesta por Iommi que sirve de contrapunto a toda la fuerza ríffstica de los álbums de Black Sabbath y que demuestra la dulzura y expresividad que tenían estos tipos en su acercamiento más acústico e íntimo a la hora de componer. Sabbra Cadabra sigue con puro rocanrol pero de la mano sabática, con ese sonido a caballo entre el infierno y la psicodelia, encima acicalados con los teclados de, nada más y nada menos, Mr. Rick Wakeman. La segunda parte del álbum se abre Killing Yourself To Live, otra estupenda composición donde Iommi demuestra su destreza y variedad en el buen gusto a la hora de componer. Who Are You? es la canción más extraña y psicodélica escrita por los ingleses en los gloriosos setenta y como para todos los gustos hay colores, a mi me resulta acertadísima su posición en el disco pues le brinda un ambiente de locura realmente inquietante. Looking For Today también se presenta como otra canción estupendamente compuesta, siendo quizá más flexible y menos dura que otras composiciones más clásicas, pero un estupendo broche con el que abrir el cierre inconmesurable en la forma de Spiral Architect. Este es uno de mis temas preferidos de toda la obra sabattiana, donde se muestran arriesgados y experimentales a a la hora de montar el tema musical, con esa estupenda obertura acústica y donde el clímax conseguido es tremendo. Me encanta la letra, lo psicodélico y vibrante de las ideas que transmite, y sobre todo la esperanza y buen gusto que se queda al final.
Una obra magna que los amigos sabáticos no podrían ya repetir jamás y que se convierte en la piedra angular de su carrera.
http://nueva-ola-del-heavy.blogspot.com/2008/08/1973-sabbath-bloody-sabbath-black.html
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Etiquetas: 1970s, Black Sabbath, Hard Rock, Psicodelia
Silverchair - 1999 - Neon Ballroom
La historia de Silverchair es bastante curiosa pero no voy a referenciarla aquí habiendo tantos sitios donde se encuentran. Sólo puedo decir que cuando me enteré de que estos muchachos grabaron sus primeros discos en plena adolescencia quedé extrañamente confuso y sorprendido. Bien es cierto que sus primeros discos son un ejercicio sonoro del estilo llevado a la fama por las bandas de Seattle y otras coetáneos enfrascadas en lo que llamamos grunge. A pesar de ello, esos discos son bastante interesantes, con composiciones frescas y bastante redondas y muy sorprendentes para tratarse de gente tan joven.
Pero es a partir de este, su tercer álbum, donde Daniel Jones y cía encuentran el punto de partida creativo para experimentar y buscar nuevos sonidos. Es como si ya no quisieran sonar a las bandas que admiran, sino que quisieran hacer real la música que llevan en sus cabezas y que, especialmente a Jones, le trae por la calle de la amargura. Porque este disco rezuma tristeza, furia y desgarro y es realmente sensible. Temazos imprescindibles del final de una época en Anthem For Year 2000, Emotion Sickness, Black Tangled Heart, Do You Feel The Same, la increiblemente buena Ana's Song o la preciosista Miss You Love. Las nuevas texturas de guitarra bajo y batería, las nuevas inflexiones en la voz de Jones y los arreglos de cuerda y ambientes hacen de este disco algo diferente.
Un disco estupendo de una banda peculiar que ha conseguido subir al pedestal de los que venden millones batallando con demonios típicos de adolescencia, fama y éxito. Terriblemente emocionante.
http://partofthequeue.blogspot.com/2007/07/silverchair-neon-ballroom-1999.html
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Etiquetas: 1990s, Grunge, Rock Alternativo, Silverchair
Opeth - 2001 - Blackwater Park
Me sorprendo a mi mismo escribiendo esto y pensando en Opeth como uno de mis descubrimientos del año. Yo que he despotricado tanto sobre estas voces de monstruo de las galletas sin encontrarle mucho sentido artístico. Gracias a Dios, estos suecos estuvieron presentes en el Metalway 2009, al que acudí para ver a Heaven & Hell y del que volví con un sentimiento de estafa bastante agudo. Opeth fueron los únicos que me despertaron y me dejaron perplejo.
Blackwater Park fue mi primer acercamiento a su obra, porque recuerdo que presentaron la canción y fue una de las que me dejó impactado. Sí, sigue habiendo voces de monstruito, pero para nada echan a perder la belleza, fuerza y sentimiento que desprende esta canción y todo este disco. Me atrevería a decir que Opeth se iniciaron en su carrera de forma descaradamente death metal para adentrarse cada vez más en las raíces del folk escandinavo y en los cimientos del progresivo setentero. Además, me da la impresión de que cada vez se alejan más del sonido metalero puro y duro para dar consonancia a muchas de las influencias que Mikael Akerfeldt va dejando entrar en su mundo. Los ramalazos a Porcupine Tree y Pink Floyd son clarísimos, no en vano Steve Wilson ha producido el disco e incluso participa tocando pianos, teclados e incluso cantando. Eso sí, la presencia guitarrística es casi abrumadora tanto en las cadencias metaleras y extremas, con unas composiciones con una intensidad y buen gusto de aupa, como en los idilios más folk con esa calidez armoniosa de la voz clara.
Sin duda voy a seguir en mi exploración por sus senderos sonoros aprovechando mi visita al Progressive Nation (dios mio, que ganas de ver a Big Elf!!!), habiendo caído ya dos discos más, Ghost Reveries y Damnation (donde no hay nada de voz de monstruito!), que también me han parecido estupendos y muy alejados de mis prejuicios sobre esta banda, al encasillarla como una banda metalera sin importancia más.
Hoy sólo puedo decir: METAL!
http://extremecult.blogspot.com/2009/08/opeth-blackwater-park-2001.html
http://www.opeth.com/
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Etiquetas: 2000s, Death metal, Metal progresivo, Opeth, Rock Escandinavo
Caravan - 1971 - In The Land Of Grey And Pink
Reconozco que hay un montón de discos por ahí que empezaron a cautivarme con tan sólo ver su portada. El ejemplo de In The Land Of Grey And Pink es uno de los más claros para mi. Sus tonos pálidos grises y rosáceos dejan vislumbrar la suave melancolía, armonía, calidez y clímax que se esconde en los paisajes sonoros de la tercera obra de los mejores Caravan. El sonido Canterbury de nuestros héroes en su momento más colorido, expresivo e inspirado.
En tan sólo cinco canciones los hermanos Sinclair y Pye Hastings marcan las pautas de un estilo abrumador de componer música alegre, simpática y sensitiva sin caer en la ñoñería. Golf Girl, Love To Love You, Winter Wine y In The Land Of Grey And Pink son preciosos ejemplos de combinación de sonido amable con una base rítmica ajustadísima y dinámica sobre una guitarra esponjosa para dar protagonismo a los vaivanes de los teclados y sobre todo a las propias historias contadas. Por si fuera poco, la segunda cara del vinilo estaba ocupada por Nine Feet Underground, uno de los mejores temas de largo recorrido grabado en los 70, que está a la par de otro de los más grandes temas de Caravan, presente en su album anterior y llamado For Richard.
En Nine Feet Underground hay sitio para todos los paisajes instrumentales de los que eran capaces de ensamblar estos tios cuando andaban tocados por las musas al más psicodélico estilo británico. Jams solídisimas en los que el trabajo del león se lo llevan los vuelos de teclado, con efectos de todo tipo y unos vaivenes de bajo y batería que llevan a la canción a la perfección por todos sus recovecos y vericuetos haciendo de la experiencia subterránea toda una gozada.
Uno de los mejores momentos del sonido Canterbury, en su modo más encarado a la canción en lugar de la improvisación.
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Muse - 1999 - Showbiz
Muse están encaramados desde hace algunos años al olimpo de los que venden discos a cholón y son examinados con lupa tanto por sus fanáticos seguidores como por sus acérrimos detractores. La verdad es que la banda de Matt Bellamy es de las que raramente pueden ser indiferentes. Son manera grandilocuente de expresión, su capacidad para ser fieros a la vez que glamourosos y su histrionismo los hacen una banda peculiar y capaz de catalizar la atención ya sea para bien o para mal. Suenan sobre todo modernos, alternativos, pero con ramalazos progresivos y de rock duro, incluso algo de psicodelia, pero todo desde un tono futurista.
Si sus últimos discos no me están llamando mucho la atención, su primera entrega causó estragos entre los que éramos jóvenes ávidos de nuevas músicas y yo me debo amarlo sobre todo gracias a mi buen Checa. Showbiz suena tan fresco y tan potente como el primer día. La producción del disco es espectacular, con una rotundidad y claridad en los arreglos que potencia lo sabroso de lo compuesto en él. Los pianos, guitarras y voces de Bellamy son los claros protagonistas que eclipsan de alguna forma los buenísimos trabajos de bajo y batería, pero es que el primero es capaz de volarte la cabeza en sus porciones más potentes y rotundas, léase Fillip, Cave, Muscle Museum, Overdue y también en las más románticas y acolchadas como Falling Down o Unintended. Aquí no hay remilgos a la hora de falsetear por doquier y hasta la saciedad o introducir riffs y efectos ruidosos que recuerdan al bueno de Kurt Cobain, pero es que Bellamy también tiene un buenísimo gusto a la hora de interpretar con los teclados y el piano, como en Sunburn. Este tipo es flipante porque igual suena ruidosamente caótico como tonalmente brutal, y es que suele ser acertadísimo a la hora de expresarse con cualquier instrumento, contando la voz dentro de ellos. La capacidad dramática de expresión de estos tipos puede resumirse en temas brutales como Sunburn o la propia Showbiz.
Hasta los esplendorosos Dream Theater se han visto influenciados por ellos y alguno de sus temas en sus últimas entregas suenan verdaderamente a Muse (oigase el tema Prophets Of War de los americanos). Además este disco contiene la mejor canción a mi parecer de la banda, junto a Citizen Erased, ahí es nada, y no es otra que Muscle Museum. En directo Muse son arrolladores y jamás una canción suena igual dos veces gracias al poderío instrumental de Bellamy, capaz de hacer diabluras, sobre todo, al mando de sus guitarras.
http://xpiffystuff.com/2009/09/30/muse-showbiz-1999/
http://muse.mu/
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Etiquetas: 1990s, Muse, Rock Alternativo
Cheer Accident - 1988 - Sever Roots, Tree Dies
Mi primera aproximación al universo de Cheer Accident es su primer álbum editado allá en 1988, una época difícil para una música tan sesuda como la encerrada en esta obra y que me lleva a pensar que seguiré indagando en sus aventuras musicales posteriores.
Es un disco muy curioso por la época de su concepción ya que, por ejemplo, las baterías suenan de verdad huyendo de las más que discutibles 80. Tiene mucha fuerza y creatividad en los cambios, en la rudeza y momentos más calmos, pero es siempre elegante aún en la discordancia. Son arriesgados a la vez que melódicos, con momentos muy jazzeros y otros ciertamente caóticos que hacen pensar en el RIO. La voz del tipo me recuerda dependiendo del momento del lugar a Roine Stolt, John Wetton o incluso al histriónico Derek Shulman. Hay paisajes con cuerdas y hasta con un precioso mellotron. El disco se escucha de forma fresca, somera y acertadísima. De todo un poco hay de parte de este ensamble que lleva muchisimos años en la brecha a pesar de ser casi completos desconocidos, y a los que no hubiese conocido jamás de no ser por mi adorada lista de correo de La Caja de Música.
Un poco de riesgo siempre viene bien, incluso viniendo de los 80!
http://centraldoprog.blogspot.com/2008/08/cheer-accident-sever-roots-tree-dies.html
http://www.cheer-accident.com/
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Etiquetas: 1980s, Cheer Accident, Mellotron, rock progresivo