2009-05-15 - Azkena Rock Festival - Sábado

domingo, 31 de mayo de 2009

He tardado la tira en escribir esta crónica porque me daba una pereza infinita y porque en mi humilde opinión ha sido de los días más aburridos que he pasado en todos mis años azkeneros, y ya van unos pocos. Decir que mi llegada en solitario coincidió con los últimos temas de un Dan Auerbach realmente interesante, con una jovencísima banda y con dos baterías en el escenario francamente bien sincronizados! Me dio pena no haber llegado antes, porque por los últimos temas pareció ser un buen concierto de rocanrol sin tapujos.

En mi viraje a la otra banda decidí posarme sobre la loma verde a contemplar desde la lejanía el show de Woven Hand. Sin parecerme nada grandioso, encuentro sus discos entretenidos, y el directo fue cuando menos curioso, con ese sonido a caballo entre el folk, el metal algo gótico y esa forma de cantar que Edwards se gasta pasándose todo el concierto sentando. Me gustó bastante cuando sacó el banjo eléctrico, pero el concierto no pasó de discreto aunque tuvo algunos momentos de intensidad buenos.

Unos de mis objetivos del día era disfrutar de los New Christs y la verdad es que quedé complacido. Sin desmelenarse en demasía gozaron de un buen sonido y pusieron en práctica ese rock sucio pasado por tantas y tantas etapas que han dejado en el candelero una buena colección de canciones. Estuvieron bastante bien, con su pose netamente australiana, a pesar de que el público no acompañó mucho.

El mejor momento del día sería para Mike Farris y mis acompañantes volvieron para la ocasión para darme compañía y alegría. El señor Farris es conocido por estas latitudes por ser la voz de los magníficos y extintos Screamin' Cheetah Wheelies y ahora se dedica a cantarle a Dios desde el soul de piel oscura más profundo. Lo mismo que hizo Eli Paperboy el día anterior, lo consiguió el bueno de Mike (también lo hizo por la mañana en la plaza de la Virgen Blanca con toda la banda) acompañado de un elenco de músicos estupendos y unas estupendas coristas. La voz a este tío le sale del alma de forma desgarradora, con un feeling atronador y un pellizco insolente. La gente estaba en el bote antes de comenzar. Lo mejor del sábado sin duda.

Era la hora del bollo y del repostaje y cuando volvimos a Mendizabala los ya entraditos en años Molly Hatchet estaban afrontando la mitad final de su concierto. Se les veía bastante cómodos y sacando un buen sonido de su heavy rock de tintes sureños como la bandera que llevan por todos lados. Tuve la suerte de asistir a uno de los mejores momentos del festival cuando completaron de forma magistral uno de los mejores temas e himnos imperecederos del rocanrol americano, Freebird de los Lynyrd Skynyrd. La versión fue francamente impecable y demoledora, con toda su parte final de solazos aplicados de forma perfecta y electrizante. Yo bailé como un auténtico condenado.

El sorpresón del día para mi fueron The Soundtrack Of Our Lives. Sinceramente, no tenía ni puta idea de lo que hacían estos tios y creo que jugó a su favor totalmente, porque me llenaron de gratas sensaciones. Por un lado un gran regusto a rock clásico, pero con acercamientos a veces muy melódicos y poperos, a la par que cierta psicodelia y experimentación, con unos teclados que me gustaron mucho. Pero sobre todo, les vi convencidísimos en la defensa de sus canciones que debo decir que en algunos momentos me emocionaron bastante. Una grata sorpresa y un apunte para el descubrimiento.

Los shows de Fun Lovin' Criminals y Alice Cooper no interesaban a ningún componente de la expedición, así que fuimos a repostar y al bajar el concierto daba sus últimos coletazos. Pero nos dio tiempo a ver al tipo en camisa de fuerza, colgando en la soga y vestido de no sé qué pero con una espada y un bastón utilísimos para pinchar los globos de uno de los viejos trucos del rocanrol. Hombre, he de decir que no sonaba mal, que Poison es cuando menos entretenida, pero poco más. Este hombre no parece gozar de mucha voz a sus años, y los que le acompañan parecen buenos mercenarios pero no había mucha sangre ni dolor. A pesar de eso la mayoría de la gente lo flipaba.
Y allí nos quedamos para dar ver a los Toy Dolls que dieron un conciertazo sublime para los gustosos del punkrockeo hilarante, veloz y fresco. Yo me lo pasé pirata a pesar de no conocer ni uno sólo de los temas, y es que los pildorazos de tralla, melodía, bailoteo y solicos de locura eran más que suficientes para animar a los desenfrenados azkeneros antes de afrontar el fin de fiestas en las carpas del rockerío. Un buen sabor y una sonrisa de oreja a oreja para acabar este Azkena 2009.

Salud!

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