2008-08-21 - Sex Museum en la Feria de Málaga

viernes, 22 de agosto de 2008

Cuando pienso en Sex Museum sólo puedo maldecirme por no haberlos conocido antes. Estos tipos llevan más de 20 años llevando el rocanrol por bandera. Auténticos triufadores de la escena underground rockera de siempre, los he descubierto tras conocer uno de los proyectos paralelos de Fernando Pardo y Javi Vacas, Los Coronas, en el Azkena Rock Festival de 2007.

Ayer jueves tuve la suerte de desperezarme en el sofá y echarle ganas para ir al Real de la Feria. Gracias a Dios. Vaya pedazo de concierto. Si en sus discos ya se deja entrever de lo que va la cosa, en directo esto es harina de otro costal. Los hermanos Pardo hicieron el amor con la música durante dos horas, mantenidos por el soldado del rocanrol Javi Vacas proyectando fusilazos con su bajo y con un baterista de espanto, el mexicano Jota. Marta Ruiz pone la elegancia y los pildorazos de hammond, haciendo de la experiencia algo realmente mágico. De las canciones que conozco tocaron auténticos temazos como I've Lost My Faith, Wassa Massa, Flying High, Two Sisters y la increiblemente vitamínica I Enjoy The Forbidden, aparte de marcársela con un Neil Young y un poco de Deep Purple.

Esto convencido de que si estos tipos hubiesen nacido en un país anglosajón otro gallo les cantaría. Es magnífico ver a estos tipos que después de más de 20 años aún siguen peleándose con la carretera y dando conciertazos como éste, en un lugar relativamente hostil, llevándose al público de calle y en el bolsillo. Al final el puesto de camisetas estaba petado de gente y yo me hice con su último trabajo, Fifteen Hits That Never Were, donde revisitan sus grandes "éxitos".

Sex Museum suenan a todo el rock de siempre, pero sobre todo suenan a ellos mismos, son realmente cautivadores, pero sobre todo son desenfrenados, bombásticos y zigzagueantes. Me encantan.

Larga vida a Sex Museum!

http://www.sexmuseumrock.com/

Salud!

Wicked Minds - 2006 - Witchflower

domingo, 17 de agosto de 2008


Segundo trabajo editado de los italianos y segundo pelotazo al corazón. A los gustosos del rock más clásico con raíces setenteras, esta revitalización del gran sonido de aquel momento sólo puede saberle a gloria bendita. Y no es que el resultado una vez oidos los 12 temas de este Witchflower sea diferente al que aportaba su anterior From The Purple Skies, es que simplemente te dejan con la satisfacción de las cosas bien hechas, con intensidad, sin apremios, con la certeza de que el disco lo tiene todo para poder ser escuchado una y otra vez a lo largo del tiempo con la seguridad de que va perdurar con una calidad indiscutible.

Todo vuelve a estar diametralmente presidido por los mellotrones y hammonds del bueno de Paolo, aunque en esta entrega hay mucha más carga guitarrística y riffeante a la hora de liderar muchos temas, eso sí dejando bastante hueco a procesiones más acústicas entre los temas de largo desarrollo que siguen abundando en el álbum. Sin duda vuelven a ser muy regocijantes los pasajes instrumentales marca de la casa con solazos tanto de teclado como de guitarras que se mezclan llevando los temas a momentos más que álgidos. La voz sigue siendo clónica a la de David Byron de Uriah Heep y, que quieren que les diga, a un servidor le suena como si el británico bajase de los cielos a recitar versos.

Las canciones son simplemente para enmarcarlas, de nuevo con ese aire psicodélico, ahora luminoso y cristalino, ahora enigmático o casi siniestro, ahora contundente y groove, pero sonando siempre elegantes y con una producción perfecta, ni le sobra ni le falta absolutamente nada.

El buen rock está de enhorabuena una vez más.

http://link-protector.com/262443/
http://link-protector.com/262444/

Jose Ignacio Lapido


Para muchos conocido como "El Maestro", José Ignacio García Lapido lideró desde la penumbra con su guitarra y sus artes compositivas a la mítica banda granadina 091 durante los 80 y los 90 del pasado siglo. Tras parir algunos de los mejores discos del rock patrio y desmembrarse la banda tras su "Último Concierto" hace más de 10 años, José Ignacio decidió embarcarse en un viaje en el que cantaría sus propias canciones. Enamorado del blues y del rock americano más clásico, sus tonadas hablan sobre los clásicos temas de amor, desesperanza, muerte y rebeldía siempre desde la estética del perdedor, con un profundo sentido de la ironía y, por qué no decirlo, un trasfondo a veces de esperanza.

Esta considerado por muchos artistas patrios como uno de los mejores letristas españoles de rock, como por ejemplo, los ya veteranos Manolo García o Loquillo, o los más contemporáneos Quique González, Amaral o M-Clan.

El ejercicio del canto nunca será el fuerte del mayor de los Lapido, y más si se le compara con el magnífico chorro de voz del frontman de los Cero, José Antonio García, "El Pitos". Pero es su derroche de sinceridad, pasión y actitud rocanrolera lo que hace que, de una vez por todas, él mismo sea el más adecuado para cantar sus letras, siendo por otro lado tan extremadamente personales.

Con diferentes texturas guitarrísticas a sus trabajos anteriores y con una aproximación más suave a las canciones llega en 1998 el primer disco en solitario, "Ladridos del Perro Mágico". Un disco rocanrolero perfectamente equilibrado entre canciones muy movidas como "Roto", "Furioso Con El Mundo" o "El Dios De La Luz Eléctrica" y medios tiempos maravillosos como "Ladridos Del Perro Mágico" o "Cuando Las Palabras Vuelvan Del Exilio". Las canciones son simplemente redondas y con una calidad extrema tanto musical como líricamente, aunque se le note un cierto vértigo a la hora de cantar. En la gira de presentación El Maestro contaría con dos guitarristas más, además de sí mismo, para centrarse más en la tarea de las voces. Sería la última vez en trabajar con su hermano menor Víctor, que ya le acompañó en los últimos discos de los Cero, dejándonos solazos inspiradísimos y vertiginosos que el propio José Ignacio no podrá emular en el futuro (baste con oir el solo final del primer tema del Ladridos, "Hablando En Sueños" o la también onírica "Como Acaban Los Sueños" de los Cero).

La siguiente edición de José Ignacio vendría en 2001 en forma de miniLP, "Luz De Ciudades En LLamas" (homenaje a los años '60 según sus palabras) en el que seguiría el camino empezado con su primer album, pero tal vez esta colección de canciones respira con un poco más de brillantez y alegría. De nuevo alternando entre temas más movidos y medios tiempos, este EP nos deja joyas como "Luz De Ciudades En LLamas", "Alguien Vendrá" y la maravillosa y bluesera "Piedras Y Palos", magnífico tema para comenzar los conciertos de la gira de presentación del disco.

El siguiente disco no se hizo esperar demasiado llegando en 2002 en la forma de "Música Celestial", irónico título para este album en el que se aprecia un giro hacia un sonido más americano y se aproxima a la suavidad y templanza en las guitarras alejándose de sonidos más duros (aunque siempre queden temas como "Noticias Del Infierno" o "Nadie Besa Al Perdedor") y ceroinómanos. Para muchos su mejor trabajo y donde la pluma del Maestro hace auténticos prodigios en temas como "Hasta Desaparecer", "El Carrusel Abandonado", "Demasiado Tarde" o "No Queda Nadie En La Ciudad". Esta gira, al igual que la anterior, vería a José Ignacio rodeado del gran Víctor Sanchez a la guitarra y de un Antonio Lomas inconmensurable a la batería. Estos tipos formarían un gran núcleo sobre el que el Maestro obtendría sus mayores triunfos sobre los escenarios y cuyo esfuerzo y saber estar darían en Octubre de 2005 el fruto de un nuevo y magnífico disco, "En Otro Tiempo, En Otro Lugar".

Después de una intensa búsqueda de discográfica y tras toparse con todas las puertas cerradas, José Ignacio decide autoeditarse y fundar Pentatonía Records. Este es su disco más calmado, más intimista y más compacto de todos. los viejos temas de siempre son tratados con una mayor cercanía y tal vez con menos artificio metafórico que en anteriores entregas. La voz de José Ignacio está libre ya de cualquier miedo y canta sin tapujos y en la medida de sus posibilidades con un gran acierto. Un gran plus de este album es la incorporación del Hammond más clásico en todos los temas, cortesía del murciano Raúl Bernal, que elevan la sensibilidad de los temas por las nubes. El Lapido más clásico e intimista en "La Antesala Del Dolor", "Bellas Mentiras", "De Espaldas A La Realidad" o "Más Difícil Todavía" y dándose vueltas de tuerca a sí mismo en maravillas como "Cuando La Noche Golpea El Corazón", "Rincones Secretos", "Agridulce" o la propia "En Otro Tiempo, En Otro Lugar".

Hasta 2008 no saldría a la luz "Cartografía", el nuevo fruto discográfico de Jose Ignacio y su banda. Y digo su banda porque es la que más continuidad ha tenido en todos estos años, con la incorporación de Paco Solana al bajo al poco tiempo de editarse su álbum anterior. Jose Ignacio sigue en la misma vena compositiva de siempre recogiendo su propio testigo y ahondando un poco más en los medios tiempos, arreglos desnudos y una clara tendencia a poner el silencio en grandes pedestales. Además, se atreve con nuevos registros vocales y giros constructivos un poco inesperados en él, lo cual es muy de agradecer para el oyente acérrimo. La presencia de Raúl Bernal es ya abrumadora, y en muchas canciones toma incluso mayor protagonismo que las guitarras. Es un disco que no sorprenderá al fan de Lapido, pero le seguirá conformando y confirmando como uno de los mejores artífices de su banda sonora vital. Uno no puede más que quitarse el sombrero ante temazos como "Cuando El Ángel Decida Volver", "Escala De Grises", "En Mil Pedazos", "Nada Malo" o "Nadie Sabe".

Como se ha dicho por ahí, estoy de acuerdo en que es un disco monstruosamente defendible en acústico, pero que tal vez tenga sus dificultades con las válvulas ardiendo detrás. Espero tener la oportunidad de ver el show pronto y comprobarlo.

Sigue así Maestro!!!!